miércoles, 11 de abril de 2018

JUECES 15

Jueces 15 Nueva Traducción Viviente (NTV)

Sansón se venga de los filisteos

15 Más tarde, durante la cosecha del trigo, Sansón fue y llevó un cabrito de regalo a su mujer y dijo:
—Voy al cuarto de mi esposa para acostarme con ella.
Pero el padre de la mujer no lo dejó entrar. Y le explicó:
—En verdad creí que la odiabas así que la entregué en matrimonio a tu padrino de boda. Pero mira, su hermana menor es más hermosa todavía. Cásate con ella en su lugar.
Sansón dijo:
—Esta vez no podrán culparme de todo lo que les haré a ustedes, filisteos.
Entonces salió y atrapó trescientas zorras. Les ató las colas por parejas y amarró una antorcha a cada par de colas. Después, encendió las antorchas y soltó las zorras para que corrieran por los campos de grano de los filisteos. Así les quemó todo el grano hasta reducirlo a cenizas, aun las gavillas y el grano sin cortar. También les destruyó los viñedos y los olivares.
—¿Quién hizo esto? —preguntaron los filisteos.
—Sansón —respondieron—, porque su suegro de Timna entregó a su esposa en matrimonio al que fue el padrino de su boda.
Entonces los filisteos fueron a buscar a la mujer y a su padre, y los quemaron vivos.
—¡Por esto que hicieron —juró Sansón—, no descansaré hasta vengarme de ustedes!
Luego atacó a los filisteos, lleno de furia, y mató a muchos de ellos. Después se fue a vivir a una cueva en la roca de Etam.
En represalia, los filisteos armaron su campamento en Judá y se extendieron hasta cerca de la ciudad de Lehi. 10 Entonces los hombres de Judá les preguntaron a los filisteos:
—¿Por qué nos atacan?
—Vinimos para capturar a Sansón —contestaron los filisteos—, y a vengarnos por lo que nos hizo.
11 Entonces tres mil hombres de Judá bajaron a buscar a Sansón, dentro de la cueva en la roca de Etam, y le dijeron:
—¿No te das cuenta de que los filisteos nos gobiernan? ¿Qué nos estás haciendo?
Pero Sansón les contestó:
—Yo solamente les hice a ellos lo que ellos me hicieron a mí.
12 Pero los hombres de Judá le dijeron:
—Vinimos para amarrarte y entregarte a los filisteos.
—Está bien —les dijo Sansón—. Pero prométanme que no me matarán ustedes.
13 —Nosotros solo te amarraremos y te entregaremos a los filisteos —respondieron ellos—. No te mataremos.
Así que lo amarraron con dos sogas nuevas y lo sacaron de la roca.
14 Cuando Sansón llegó a Lehi, los filisteos salieron gritando de triunfo. Sin embargo, el Espíritu del Señor vino con poder sobre Sansón, y él rompió las sogas que tenía atadas en los brazos como si fueran hilos de lino quemados, y cayeron de las muñecas. 15 Luego Sansón encontró la quijada de un burro recién matado. La levantó, y la usó para matar a mil filisteos. 16 Después dijo:
«¡Con la quijada de un burro,
    los he apilado en montones!
¡Con la quijada de un burro,
    he matado a mil hombres!».
17 Cuando acabó de jactarse, tiró la quijada; y a ese lugar se le llamó «Colina de la Quijada»[a].
18 Después Sansón tuvo mucha sed y clamó al Señor: «Has logrado esta gran victoria por medio de la fuerza de tu siervo, ¿y ahora tengo que morir de sed y caer en manos de estos paganos?». 19 Entonces Dios hizo que brotara agua a chorros de un hoyo en el suelo de Lehi, y Sansón se reanimó al beber. Luego llamó a ese lugar «Manantial del que Clamó»[b], el cual todavía se encuentra en Lehi hasta el día de hoy.
20 Sansón fue juez de Israel por veinte años, durante el tiempo en que los filisteos dominaban la tierra.

No hay comentarios:

Publicar un comentario